Sabemos que el té es una infusión que se nutre de todo un bagaje cultural, histórico y ceremonial, por lo que al beberlo, no solo se degustan paciente y metódicamente sus aromas y sabores, sino que también se expresan preferentemente cada una de las variedades de té en una diversidad de teteras que describiremos sintéticamente a continuación.
Las teteras han sido a lo largo del tiempo más que unos adminículos utilizados para servir el té, ya que podemos señalar que su historia se remite a más de siete mil años atrás con la aparición de la cerámica en China. Durante siglos y siglos, sus formas fueron modificándose en materiales y diseños, readaptándose a la cultura dominante y en cuanto a la sabiduría y conocimiento de su consumo y la especificidad de la variedad utilizada.
Considerando las características de las teteras en función de su utilización y de su producción cultural, estaremos en presencia de teteras de barro, arcillas, de hierro, de porcelana, de cristal y de plata o metal. Alrededor de estos materiales, la elaboración ha ido diversificándose en formas y estilos y diferentes procesos. Entre tanto, es necesario destacar que es recomendable la utilización de hebras de té para colocarlas en las teteras, ya sea con o sin filtros.
La tetera que son de barro o de terracota, suelen ser esmaltadas en su parte exterior y generalmente se le forma rápidamente una pátina o película en su interior que es muy importante para la posterior preparación de la nueva infusión (siempre y cuando sea igual variedad). Generalmente en este tipo de teteras se prepararán más infusiones de té negros o algunos blends más fuertes.
En el caso de las teteras de hierro fundido, el té permanece caliente durante bastante tiempo y al igual que las teteras de plata o de metal, se recomienda la preparación principalmente, de tés negros, rojos y aromatizados de mucho carácter. Las teteras de metal o también de plata se las utiliza en algunos países árabes y suelen ser muy decoradas, su inconveniente reside en la baja conservación del calor.
Por otra parte, las teteras de cristal se utilizan mucho para la observación en las catas de té, ya que permite visualizar los colores y la apertura de las hojas. Tanto en estas teteras como en las de porcelana, las variedades de té más recomendadas y elegidas para infusionar son los tés blancos, verdes, Oolong y los tés de Darjeeling, en las que se permite apreciar los colores más nítidamente.
Como señalábamos al comienzo, es muy destacado conocer los aspectos culturales de un pueblo y sus ceremonias del té, del mismo modo el conocimiento de las variedades que internacionalmente se elaboran tan apasionadamente, otro mundo es el de las teteras con todos sus convencionalismos, pero no tenemos que olvidar que el té también forma parte de ese camino introspectivo que nos enseña a tomar conciencia y a valorar cada mínimo detalle de la esencia de la vida. Bon Appetit.