
El té verde japonés, u O-Cha, cuenta con una tradición de unos mil años de historia, existiendo una gran cantidad de variedades y tradiciones culturales, pero goza de las mismas propiedades que el té verde chino, ya que está compuesto de las catequinas, que son los polifenoles que se pueden hallar también en algunas verduras y frutas.
En los té verde, al no producirse la fermentación, se conservan la mayor parte de las catequinas, de modo que resultan poderosos antioxidantes que provocan un efecto antibacteriano, capáz de luchar contra afecciones cardíacas y hepáticas, y muy beneficioso para problemas digestivos y renales.
Por su parte, los beneficios de los frutos cítricos, con grandes cantidades de vitamina C,

Su color nos va a reflejar un verde muy claro con bordes amarillos pálidos, aromas herbáceos provenientes del té verde, con complejas notas cítricas, predominando la naranja y sabores vegetales y dulces, con cierta amalgama de profundidad y suaves latidos de persistencia, con una gran sedosidad que recorre el paladar hasta el final de la boca, y toda una redonda estructura de armonías y equilibrios, la cual parece extenderse indefinidamente al son de tambores que simbolizan los Latidos de la tierra. Bon Appetit.