A las ceremonias en cualquier lugar del mundo, hay que intentar construirlas para definir cual es la finalidad y de que modo expresarla para que sea interpretada por sus propios actores, y por los neófitos de la materia. En el caso del té, hay muchísimas ceremonias, y hasta difieren en sus tradiciones regionales y provinciales, pero intentaremos familiarizarnos con algo más general de lo que es la ceremonia del té en el país nipón.
En el Japón, la ceremonia del té fue en una primera instancia influida por los samurais, que eran los guerreros japoneses de los imperios dominantes, y contaba con muchas reglas estrictas, en las que se ponía un énfasis institucional y de mucho autoritarismo a cada ceremonia. Más tarde eso se modificaría, (no en cuanto a las costumbres y tradiciones), sino porque comenzó a tener influencias del budismo zen, por lo que entonces se transformaría en un entorno mucho más apacible y armonioso
A la ceremonia japonesa del té, se la denomina chanoyu, que significa “agua caliente para el té”, y existen un conjunto de hechos sostenidos por la base tradicional, y que a pesar de contar con tan enriquecedora historia, y un importante sentido presencial, (ya que cada invitado tiene que vivir cada uno de los gestos o posturas relacionados con los usos, costumbres, conductas y de nivel espiritual), vamos a intentar describirla brevemente.
Cada uno de los movimientos del chanoyu está calculado y está ligado a un espíritu de purificación. Los elementos indispensables durante la ceremonia son básicamente una casa preferentemente dedicada al té que posea florales jardines, diversos utensilios como la tetera, el recipiente para el té, cucharón, hornillos, ropas adecuadas como kimonos y calcetines blancos. Esta ceremonia se divide en cuatro etapas: una comida liviana que se llama kaiseki, una pausa o naka-dachi, goza-iri, que es el momento principal, donde se sirve un té espeso, y usucha, que es la etapa final, con un té más claro. La duración total es aproximadamente de unas cuatro horas.
Para la primera etapa, los invitados ingresan a gatas, simbolizando humildad, luego de que el maestro los conduce por el jardín hasta la sala de ceremonias, se lavan las manos y se enjuagan la boca en un recipiente con agua. Continua con respetuosas reverencias hacia los braseros que lleva cada invitado, luego se sientan y se sirve el kaiseki con algunos dulces de postre. Posteriormente llega el nakadachi, que es la segunda etapa, en la que los invitados se retiran a descansar a los bancos del jardín.
En la tercera etapa o goza-iri, luego de hacer sonar una campana unas seis veces, los recipientes para el té y el agua ya están colocados en sus sitios y se hace una reverencia a la tetera como se hizo anteriormente con los braseros, el maestro entra con un recipiente de té y el cucharón y le va a echar agua caliente, la comienza a revolver, la limpia y mezcla té y agua con un batidor de bambú, luego procede a servir a cada invitado tres cucharadas de matcha, que es el té verde, en el acción siguiente, llena el cucharón y vierte el tercio en el cuenco, devolviendo el resto al recipiente. Posteriormente el invitado hace una reverencia a todos, da un sorbo, lo alaba, y con una servilleta limpia el borde del cuenco, donde rozó sus labios, y luego pasará el cuenco al resto de los invitados, hasta finalizar en el maestro.
Y en la última etapa o usucha, la diferencia fundamental, reside en que el té verde o matcha, fue hecho con hojas de plantas más jóvenes, y resulta más espumoso que el primero y no tan consistente, y otra diferencia es que en este caso, se le sirve a cada invitado dos cucharadas de matcha, y debe beber el cuenco entero y limpiar luego el borde que ha tocado con los dedos de la mano derecha, para limpiarse luego con la servilleta o kaishi. Seguramente, deben existir una gran cantidad de ceremonias similares, pero con algunas diferencias en los movimientos y gestos que el maestro puede personalizar, pero el hecho más importante a lo largo de todas las etapas, va a ser la concentración y la dedicación que cada persona le otorga a toda la ceremonia, en su conjunto. Bon Appetit.