En esta recorrida por las diferentes variedades de esta maravillosa infusión, nos encontramos con uno de los té más clásicos, y también más utilizados para mezclar junto a otras variedades, y uno de los más consumidos habitualmente en la mayoría de las poblaciones de diversas partes del mundo, al que estamos haciendo justa referencia, por ser también uno de los más renombrados, es al té negro.
El té negro, deriva de las hojas de Camellia Sinensis, y según cuenta la leyenda, un barco chino transportaba té verde en los compartimentos de carga, en un viaje a occidente, cuando accidentalmente, este se oxidó, lo intentaron preservar, secándolo, y se dieron cuenta que ya no era el mismo, sino que habían producido otro tipo de té, y que se podía conservar más tiempo, naciendo de este modo, el té negro. Aunque la hipótesis más plausible, sería que los productores, (en su afán de aumentar la comercialización), trataron de conservarlo en cantidades, con un proceso de secado, oxidado y horneado, que lo conservara así durante mucho más tiempo, para poderlo comercializar.
Particularmente, el té negro posee gran cantidad de polifenoles, por su gran concentración de taninos, posee beneficios en su efecto astringente, y posee cualidades estimulantes, ya que contiene sustancias activas que estimulan el sistema nervioso central, fácilmente reemplazando al café de la mañana, y, entre otras tantas características, el té negro, no aporta calorías, y posee efectos de saciedad.
Junto al dark tea, el té negro, tiene un gran poder de conservación, a lo largo del tiempo, a diferencia del té verde, que al cabo de un año, pierde sus propiedades, Kenia, la India y Sri Lanka, son los principales países productores de té negro, y entre los más famosos té negros, (especialmente blends), se encuentran el Earl Grey, el Irish Breakfast, o el English Breakfast, siendo el primero uno de los más conocidos en occidente, aromatizado con una base de aceite de bergamota, pero, evidentemente, los de mayor calidad, se aprecian sin saborizantes, gozando al té negro, con sus colores rojizos, caobas, con aromas y sabores intensos, con una gran astringencia, mucha corpulencia y un equilibrio que se puede disfrutar en su estado de pureza y concentración suprema. Bon Appetit.
El té negro, deriva de las hojas de Camellia Sinensis, y según cuenta la leyenda, un barco chino transportaba té verde en los compartimentos de carga, en un viaje a occidente, cuando accidentalmente, este se oxidó, lo intentaron preservar, secándolo, y se dieron cuenta que ya no era el mismo, sino que habían producido otro tipo de té, y que se podía conservar más tiempo, naciendo de este modo, el té negro. Aunque la hipótesis más plausible, sería que los productores, (en su afán de aumentar la comercialización), trataron de conservarlo en cantidades, con un proceso de secado, oxidado y horneado, que lo conservara así durante mucho más tiempo, para poderlo comercializar.
Particularmente, el té negro posee gran cantidad de polifenoles, por su gran concentración de taninos, posee beneficios en su efecto astringente, y posee cualidades estimulantes, ya que contiene sustancias activas que estimulan el sistema nervioso central, fácilmente reemplazando al café de la mañana, y, entre otras tantas características, el té negro, no aporta calorías, y posee efectos de saciedad.
Junto al dark tea, el té negro, tiene un gran poder de conservación, a lo largo del tiempo, a diferencia del té verde, que al cabo de un año, pierde sus propiedades, Kenia, la India y Sri Lanka, son los principales países productores de té negro, y entre los más famosos té negros, (especialmente blends), se encuentran el Earl Grey, el Irish Breakfast, o el English Breakfast, siendo el primero uno de los más conocidos en occidente, aromatizado con una base de aceite de bergamota, pero, evidentemente, los de mayor calidad, se aprecian sin saborizantes, gozando al té negro, con sus colores rojizos, caobas, con aromas y sabores intensos, con una gran astringencia, mucha corpulencia y un equilibrio que se puede disfrutar en su estado de pureza y concentración suprema. Bon Appetit.