En Taiwan también
conocida en el pasado como Formosa (del portugués Ilha Formosa, «Isla Hermosa»), de
unos 36 000 km², se encuentra frente a las costas de la
provincia China de Fujian, separada de ésta por el estrecho
de Taiwán. Al norte se
encuentra el mar de la China Oriental y al sur el mar de la China Meridional, mientras que la costa oriental de la isla
está bañada por el océano Pacífico y el archipiélago de islas
Ryūkyūde Japón.
Originalmente poblada por pueblos de origen malayo-polinesio, la
isla fue avistada en el siglo XVI por los portugueses quienes
le dieron el nombre de Formosa (Hermosa), casi al mismo tiempo
era avistada por los españoles quienes crearon la gobernación española de Taiwán; luego fue
controlada entre 1624 y 1662 por los Holandeses,
siendo expulsados por Zheng Chenggong(también
conocido como Koxinga), un líder militar de la Dinastía Ming,
que organizó la primera oleada de colonos chinos en la isla.
En el año 1626 el gobernador general español de Filipinas envió
una expedición al mando del capitán Antonio Carreño, llevando consigo al padre
Bartolomé Martínez, quien ya había visitado con anterioridad la costa de
Formosa. Esta expedición recorrió la costa este de la isla, libre de
merodeadores holandeses y piratas, y fondeó en el puerto de Keelung,
en donde fundaron la ciudad de San Salvador, dándole a la isla el nombre de
Todos los Santos y creando en 1632 varias misiones cristianas que fueron muy
activas. España controló el norte de la isla hasta 1642 cuando,
hostigados por los aborígenes y por los holandeses (que se habían establecido
en 1624 en el sur) abandonan Taiwán. Comienza entonces un dominio holandés que
termina en 1662 con la victoria de Koxinga y
su ejército de 25.000 hombres, leales a la China de la derrocada dinastía Ming.
Los holandeses, arrinconados, se vieron obligados a entregar todas las
posesiones a cambio de la libertad.
Así, Taiwán fue un estado independiente regido por Koxinga y sus
descendientes de 1663 a 1683: el Reino de
Tungning, cuyo poder se desgastó en los intentos por reconquistar el
continente hasta que, en 1683, terminan rindiéndose a la dinastía manchú Qing,
quedando desde entonces por primera vez en poder de China. Durante los 200 años
que duró la dominación China, la parte montañosa de Taiwán permaneció
abandonada a las tribus aborígenes.
En 2005 China promulga
una "Ley anti-secesión" en la que amenaza con
intervenir militarmente si Taiwán declara su independencia, lo que ha
condicionado desde entonces la política en la isla.
En las elecciones presidenciales de 2008, los votantes
eligieron presidente a Ma Ying-jeou, el candidato perteneciente
al Kuomintang, KMT. Se cree que eso puede
mostrar el deseo de los taiwaneses de unas relaciones menos tensas entre China
y Taiwán y una mejora del estado de la economía, y quizá también la desilusión
por el gobierno de Chen Shui-bian (que actualmente cumple
condena de 20 años por malversación de fondos) y de su partido, Partido
Democrático Progresista (o PDP).
En las elecciones legislativas de 2012, el oficialista
Partido Kuomintang de Taiwán, próximo a China, ganó 64 escaños del Yuan
legislativo con el 44,5% de los votos, mientras que el opositor Partido
Progresista Democrático, partidario de la independencia de Taiwán, obtuvo 40 escaños
con el 34,6% de los votos.
Como podemos ver Taiwan tiene una
historia muy apacionante, pero hoy nos vamos a referir en esta ocasión al té Oolong de la empresa Digni Tea
Garden, también conocido como té azul. Tiene una
gran historia detrás que parte de su descubridor, un jóven llamado Wu Liang
(Oolong), que durante su recolección habitual de té, decidió ir a cazar y
preparar un ciervo, con lo que se olvidó de toda la carga de té que llevaba por
horas. Cuando la panzada ya estaba hecha, volvió sobre su té, y este había
cambiado de color, sorprendido, continuó con la preparación, lo probó y dio
cuenta de otros sabores que no había reparado anteriormente, con aromas más
persistentes y ahumados, y les contó a todos sus amigos, enseñando su
preparación, según señalan, este fue el origen del té Oolong.
Todo el proceso de elaboración con este té se fue dando de
diferente modo, ya que no consistía ni un té verde sin oxidar, ni un té negro
muy oxidado, quedó en una semi oxidación que ya le otorgaba cualidades, aromas
y sabores de ambos, su elaboración tenía características propias, se señala que
el mejor momento de identificar la detención de la oxidación está entre un 15%
a un 85%.
Este té posee una gran cantidad de taninos, menos que el té negro,
pero más que el té verde, contiene muchos minerales.
Este té Oolong es recomendable, presenta un color calabaza,
brillante, más claro que el té negro, con aromas persistentes, terrozos, algo
ahumados, pero con notas frutales, melosas, bien maduras, que le otorgan un
gran equilibrio y un sabor muy intenso, y se lo puede percibir muy suave y
redondo en boca. Sin lugar a duda, tiene características diferenciadas con los
otros tés, posee un gran nivel de complejidad en sus aromas y sabores, lo que
indudablemente lo da un sello de distintividad. Bon Appetit.