Tenemos que señalar que en Japón, la ceremonia del té fue en una primera instancia influida por los samurais, que eran los guerreros japoneses de los imperios dominantes y contaban con muchas reglas estrictas, en las que se ponía un énfasis institucional y de mucho autoritarismo a cada ceremonia. Más tarde eso se modificaría, (no en cuanto a las costumbres y tradiciones), sino porque comenzaría a tener influencias del budismo zen, por lo que entonces se transformaría en un entorno mucho más apacible y armonioso.
Si bien la duración del evento es muy extensa, intentaremos describir la demostración que la sensei exhibió de la Chanoyu, (así se la denomina a la ceremonia en Japón) en este acotado artículo señalando que cada uno de los movimientos del chanoyu está calculado y está ligado a un espíritu de pu


En la tercera etapa o goza-iri, luego de hacer sonar una campana unas seis veces, los recipientes para el té y el agua ya están colocados en sus sitios y se hace una reverencia a la tetera como se hizo anteriormente con los braseros, el maestro entra con un recipiente de té y el cucharón, y le va a echar agua caliente, la comienza a revolver, la limpia y mezcla té y agua con un batidor de bambú, luego procede a servir a cada invitado tres cucharadas de matcha, en el acción siguiente, llena el cucharón y vierte el tercio en el cuenco, devolviendo el resto al recipiente. Posteriormente el invitado hace una reverencia a todos, da un sorbo, lo alaba, y con una servilleta limpia el borde del cuenco donde rozó sus labios, y luego pasará el cuenco al resto de los invitados hasta finalizar en el maestro.
Y en la última etapa o usucha, la diferencia fundamental, reside en que el té verde o matcha, fue hecho con hojas de plantas más jóvenes y resulta más espumoso que el primero y no tan consistente, y otra diferencia es que en este caso se le sirve a cada invitado dos cucharadas de matcha y debe beber el cuenco entero y limpiar luego el borde que ha tocado con los dedos de la mano derecha para limpiarse luego con la servilleta o kaishi. Seguramente existen una gran cantidad de ceremonias similares, y la presencia de la sensei Arimidzu en Furaibo tuvo también sus enriquecedoras peculiaridades, con distintivos movimientos y gestos que la maestra acostumbra personalizar, pero sin dudas el hecho más relevante a lo largo de todas las etapas, reside en la concentración y la dedicación que aporta cada una de las personas al respeto, la armonía, la pureza y la tranquilidad. Bon Appetit.