Avales

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23 de julio de 2010

UN BLEND CON TÉ DE CEYLÓN

Escribir sobre la pasión incorpora de algún modo, la relación de una persona con el mundo, y ello se puede observar al detenernos en los sentidos, ya que es a través de cada uno de ellos, sea la vista, el olfato, el gusto, el tacto, el oído, e incluso la espiritualidad, que se desatan todas las pasiones. Sabemos que la pasión es un sentimiento o una emoción de carácter muy intenso, y muchas veces el disfrutar de delicados aromas y sabores resulta ser realmente apasionante; precisamente este es el caso de un exótico blend  compuesto de té negro Ceylón, té negro chino ahumado, té verde, pétalos de girasol, naranja, vainilla, maracuyá y ruibarbo del Tíbet. Las propiedades de este complejo blend son muy numerosas ya que tiene té verde que es una de las infusiones más beneficiosas, no solo por sus cualidades antioxidantes, sino también porque posee algunas propiedades antibacterianas, incluso previniendo afecciones cardíacas y hepáticas.
Entre otras de las grandes propiedades que posee este té, se destacan los polifenoles del té negro, con su gran poder antioxidante, que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, con su gran efecto diurético, eliminando los líquidos del organismo, y su gran concentración de taninos, muy beneficioso para los casos de diarrea o trastornos digestivos.
A la fruta maracuyá se la conoce como fruta de la pasión, y proviene de la región amazónica peruana y brasilera, tiene gran cantidad de propiedades en donde se destaca principalmente como sedante, y calmante de dolores musculares y cefaleas. Y finalmente a la planta de ruibarbo, los monjes la cultivaban como planta medicinal por sus amplias propiedades digestivas, muy estimulante de las funciones estomacales, hepáticas, y hasta utilizada en algunos aperitivos.
El aspecto visual de este blend es acaramelado con bordes dorados intensos, desprendiendo aromas cítricos de la naranja suavizados por la intensidad del té negro, notas de vainillas y un soplo de ahumado y sabores agridulces del maracuyá que recorren la boca junto con la frescura del ruibarbo y la presencia del té verde y el té negro con exacta proporción, propio de una sensual combinación. Indudablemente las pasiones convierten el espíritu de este té, no solo en lo que puede ser un pensamiento compartido, una mirada sugestiva o un suspiro al oído, sino también como una precisa caricia a cada uno de nuestros ansiosos sentidos. Bon Appetit.


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