Avales

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17 de febrero de 2010

EARL GREY: UN GRAN BLEND.

Su nombre es muy llamativo, y quizás sea su procedencia lo que más atraiga la atención, ya que Earl Charles Grey fue conde de la corona británica en la década de 1830, y el logro más destacado durante su gobierno, fue abolir la esclavitud. Sin embargo, cuando se menciona el nombre Earl Grey, la asociación directa, no es con el conde, (del que quizás, provenga el nombre), sino es con uno de los tés más famoso y más consumido del mundo.
Este té es un blend (mezcla), que está compuesto por té negro, y se combina con aceite de bergamota, un cítrico que se cultiva favorablemente en el sur de Italia, que aromatiza el blend, y que se extrae de la cáscara, y si bien esa es la composición, se le suelen agregar pétalos de algunas flores, para saborizarlo aún más, y el origen del té negro podria ser de India, Ceylán, y hasta China.
De más está decir que las propiedades del té negro son innumerables, es destacable por sus propiedades antioxidantes, su poderosa acción en la eliminación de líquidos, su conocida sensación de saciedad, que beneficia el control de peso corporal y el gran poder estimulante de la cafeína, que no es la misma del café, y que no altera en la misma proporción, el sistema nervioso. Por otro lado, la bergamota es un fruto que tiene propiedades descongestionantes, muy relajantes, combate la ansiedad, y se sostiene que posee algún poder antidepresivo.
Es uno de los té más consumidos en el Reino Unido y en EEUU, y se presume que se debe a su gran aromaticidad, posee colores naranjas intensos y muy brillantes, los aromas cítricos de la bergamota, que le otorgan una identidad, y también notas especiadas que suele regalar este fruto, que combinadas con el té negro, le otorgan cuerpo, frescura y equilibrio, se lo suele consumir caliente o frío, con el agregado de algunas gotas de limón, pero particularmente, sus aromas y sabores, en estado puro, nos abren un nuevo capítulo, en el camino al reconocimiento de un sinnúmero de mágicas sensaciones placenteras, que nos suele regalar la vida. Bon Appetit.

7 de febrero de 2010

TE BLANCO: MEDITACION Y SALUD.

El té blanco fue, históricamente, uno de los té más exclusivos y más restringidos, entre todas las infusiones, y es que, según señalaban, tenía propiedades mágicas, otorgando la inmortalidad, el rejuvenecimiento, y era también considerado sanador de una larga lista de enfermedades.
Según cuenta la historia, desde la Dinastía Tang, el té fue, especialmente reservado a los emperadores, ya que estaba imbuido de poderes al que solo podían tener acceso los emperadores y los cargos más altos de la nobleza. Y es que la eterna juventud, y la vida eterna, eran buenas razones para cercenar el consumo de té al resto de la población, de modo que si alguien que no estuviera en la alta nobleza, se lo encontraba bebiendo el té blanco, lo pagaba con su vida. Lo que tantos alquimistas y magos querían descubrir, a lo largo de la historia, eran las grandes propiedades de esta infusión, que brotaba naturalmente en las montañas, a 3.000 metros de altitud, junto a los yoguis, en su estado de meditación.
El té blanco, al igual que el té verde, no se oxida, las hojas se cosechan antes de que se abran, se recolecta uno o dos días del año, sus hojas se dejan marchitar, para la evaporación de la humedad, y luego se desecan, su tiempo de secado es de unos tres días, los brotes se encuentran recubiertos de un vello blanco, y de ahí deriva su nombre.
Las propiedades del té blanco son muchas, cuenta con tres veces más de polifenoles que el té verde, lo que implica que su poder antioxidante equivale a unos 12 vasos de zumo de naranja, con lo que mejoran las defensas del organismo, es muy importante su influencia, con relación a la retención de líquidos, y también respecto a los beneficios en la circulación sanguinea. Es un gran aliado para el control de peso, y para las dietas de adelgazamiento, y en los últimos tiempos, se fue descubriendo su gran cualidad estética, en todo lo que refiere a protección de la piel, como tónico facial, incluso como potenciador en los bronceados, hay en la actualidad, una crema y hasta una loción facial de té blanco, para su aplicación, sobre la correspondiente protección solar.
A este té, que se produce principalmente en China, se lo recomienda consumir tres veces al día, y como tiene bastante bajos los niveles de cafeína (a diferencia del té negro), no ocurren problemas relacionados con el insomnio. Para su preparación, se calculan dos cucharaditas de té, se pone a calentar el agua, y antes de que se produzca su ebullición, se saca del fuego, se vierte sobre el té, y se deja reposar unos 5 minutos. Posee un color amarillo claro, con alguna tonalidad dorada, tiene aromas suaves, pero persistentes, sabor afrutado, es muy delicado, y tiene una textura muy amable, con lo que unos minutos de descanso y dedicada meditación, van brillantemente acompañados por una placentera taza de té blanco. Bon Appetit.

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